A
mí, no me pueden hablar de la igualdad de las mujeres con respecto a los
hombres. Me crié rodeado de mujeres. En casa de mis padres crecí con 4 hermanas, una abuela y por su puesto, mi
madre. Mi papá es un ser cariñoso, alegre, comprensivo, pero en aquel entonces,
por motivos de trabajo, ausente.
A
cuatro casas de esta vivienda, en la misma cuadra vivían mis abuelos maternos,
donde mi abuela Celia ejercía conmigo cabalmente su irresponsabilidad materna,
dejando, como debe de ser, la obligación de mi educación a mis padres, siendo
mi persona objeto de un “apapachamiento” y consentimiento a todos mis
caprichos, travesuras y locuras.
Por
eso creo entender a las mujeres (algunas veces ilusamente comprobando que no es
verdad), a pesar de que jugaba con mis primos quienes cumplieron el papel de
medios hermanos, asistía a una escuela primaria, aunque mixta, siempre en
grupos masculinos, era juguete de mis tíos que me llevan entre 8 y 10 años.
Pero invariablemente, terminando los días, siempre cumplía el rito de
refugiarme en un ambiente netamente femenino. Mi madre siempre fue el pilar de
nuestra familia. Ella dictaba las reglas, ejercía su liderazgo, imponía los
castigos. Mi hermana mayor, le tocó el papel de segunda mamá, siempre bien
portada, siempre limpia, siempre “mamá chiquita”, le siguió en orden de
aparición el irresponsable que escribe estas líneas, seguido de 3 hermanas que en
su debido tiempo fueron porteros, luchadores, confidentes, músicos, críticos de cine y toda
aquella actividad de la que yo requiriera un “partner”.
Así
crecí, creyendo fervientemente que las mujeres eran seres superiores. Siempre
teniendo una actitud positiva frente a cualquier respuesta a cualquier
cuestionamiento, siempre adaptándose a lo que las circunstancias les exigían,
siempre viviendo su vida con total
compromiso.
Después,
por circunstancias propias de la vida, mi círculo social se amplió. Tuve el
privilegio de conocer a más gente. Entre ellas, por supuesto mujeres. Tuve
maestras, compañeras de escuela, “ligues”, novias, amigas, compañeras de
trabajo, jefas, o simplemente conocidas. La relación con estas mujeres fue en la
mayoría de los casos buena, sin embargo también hubo malas experiencias, que me
llevaron a comprender, al paso del tiempo que las habilidades, la capacidad, la
inteligencia, la honestidad, así como la flojera el desánimo, la cobardía, la
hipocresía, son características humanas. Jamás son propios de uno o de otro
género. Los encontramos tanto en hombres como en mujeres.
Sin
embargo, mi cariño, admiración a las mujeres que han influido mi vida, que han
compartido tiempos y espacios comunes, están por encima de su condición de
mujer, no por ser más o menos, en todo caso, el objetivo es complementar,
construir, crecer juntos.
Hoy
tengo el compromiso de formar a una mujer, mi hermosa hija de 12 años, a quien
debo educar para que crezca libre de prejuicios, de dogmas y de estigmas. Curiosamente,
la misma educación que procuro darle a mis otros hijos, simplemente porque… son
iguales. La vida es difícil, ese no es pretexto para no ser feliz.
Quizá
me vaya a contradecir con el corolario con el que quiero cerrar este escrito,
pero creo que es significativo. Patricia Guerra, una triatleta elite mexicana,
cuya historia de sobrevivencia es merecedora de otra historia, ha cruzado el
Canal de la Mancha en varias ocasiones, cuenta que el capitán que le ha ayudado
a completar el recorrido, tiene el mayor número de cruces logrados. Alguien le preguntó que
cuántos hombres y mujeres habían cruzado. La respuesta esperada por todos era
una cifra, sin embargo él dijo: “realmente no se cuántos hombres y mujeres han
cruzado, lo que sí les puedo decir es que todas las mujeres que se lo han
propuesto, lo han logrado y nunca han abandonado en el esfuerzo”.
Muy bien, felicidades
ResponderBorrarMuchas gracias. Continua en contacto.
BorrarGracias por el reconocimiento y por creer y querer a las mujesres. Te quiero
ResponderBorrarGracias por tu soporte, cariño e incondicionalidad. ABRAZO!
BorrarBien bonito padrino, te quiero mucho! Gracias x siempre estar ahí!!! Tú eres parte de mi formación como mujer DEFINITIVO!
ResponderBorrar!Gracias amor!, un halago lo que me dices. Te quiero mucho.
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