lunes, 19 de marzo de 2012

La Bebida


El alcohol, en todas sus presentaciones, nos acompaña durante nuestra vida, desde una probadita ligera dada por tu padre con el dedo meñique húmedo con su bebida favorita; vino, tequila, cerveza, etc., hasta la complicidad con tus amigos adolescentes de sentirse “adulto” bebiendo lo que beben los “adultos”, diciendo las mismas incoherencias que dicen los “adultos”. Bueno…, malo…, no lo sé. Sólo sé que existe, que es una droga aceptada socialmente y la responsabilidad de ingerirlo, de saborearlo, de disfrutarlo, esa, es de cada quien. De cada persona que se atreve a desafiarlo, muchas veces con consecuencias fuertes. Sé que vive con nosotros, que le confiamos nuestras más oscuras verdades y que nos hace reír con la más absurda tontería. Un simple y sencillo brebaje, que nos ha hecho entrar en todos los dimes y diretes sobre su existencia y la nuestra.

Al final de cuentas, quien esté libre de pecado, que ordene la primera ronda.

Y vaya que tiene historia. Cada cultura, con mayor o menor intensidad, contaban con su versión de este producto, algunos definidos como elixir de los Dioses. Los griegos, con su pléyade de  Dioses, sin lugar a dudas el más bondadoso, el más divertido, Baco, el Dios del vino. El Dios que prefería la diversión, a jugar con la miserable vida de los humanos. El Dios que sabía que todo era un ir y venir de risas y lágrimas, que hizo de nuestro destino, algo más divertido.

“No bebo alcohol. No me gusta porque me hace sentir bien”, “Bebo para olvidar que soy un borracho”, “La conciencia es soluble en alcohol”, “La realidad es una ilusión creada por la falta de alcohol”, son unas de las frases de personas ilustres, que le han dedicado al menos un pensamiento al alcohol.

El Alcohol. Ese buen consejero, sincero que nos hace ganar compañía, amistades o amores, pero también perder compañía, amores y amistades si es que hay una pequeña fisura en ellos, que sólo es posible mirarla a través de las botellas del alcohol, como lupa o microscopio. Quizá la verdad sólo se puede ver por su vidrio, porque el alcohol limpia todo rastro de impurezas, si una amistad no es pura, si hay alguna mala pasada, entonces el alcohol, no la consiente.

También por eso hay tantos mensajes sinceros a las 3 de la mañana. Con varios tragos encima… suena el celular, con un mensaje… “te amo”…, “te extraño”…, ¡órale…! ¿En serio?, ¿a las tres de la mañana? Y la respuesta del mensaje… “¿estás borracho?”, que es un poco mejor que decir… “Es la hora de la sinceridad”.

Con unos tragos de alcohol, se vive mejor, se escribe mejor, se piensa mal, se habla peor y se maneja fatal. Sin embargo el alcohol, vino o bebidas espirituosas se entienden de mil maneras. La mejor forma, es probarlo y saber a qué sabe la vida con el alcohol. No todo el tiempo, por supuesto y este no es un manifiesto en pro del consumo de alcohol, pero, para qué negarlo, el alcohol es el combustible del alma, es echarle un litro de turbo a la vida y verla de una manera diferente. Al día siguiente habrá una cruda moral, espiritual, física, que nos pasará la factura indudablemente. Pero, eso ya llegará.

El alcohol nos hace tomar decisiones inmediatas, para bien o para mal, para mejorar o para tomar otro camino, para abrir otros senderos. Es compañero de corazones rotos, fiestero, cómplice de amantes, enemigo de lo cotidiano. Compañero de vidas deprimidas, depresivas, alocadas. Y ahora en su modalidad de compañero del torito por no pasar el Alcoholímetro.

Cerveza.- “Dame un punto de apoyo…. Y tomaré otra cerveza”.
Excelente para abrir la tarde, poco a poco, matar la sed, posiblemente el calor y abrir de forma paulatina la puerta del gozo. Compañera de juegos de béisbol, futbol, americano, basket… menciona tu favorito. Como reprimir el término de una cáscara con los cuates y no terminar con un par de rondas de cerveza, por ganar o por perder, eso es lo de menos.

Tequila.- “Tómame como al tequila: de un golpe y sin pensarlo".
Cuando traes la sangre caliente, efusiva, fiestera. Entrada la juerga, “al estilo Jalisco”, “como Jorge Negrete”… ¡ay, ay, ay! Aquí es cuando las decisiones que has guardado para pensarlo más “objetivamente”, se ven desde otra perspectiva y ¡zas!, ¡listo!, ¡queda decidido!

En este terreno, otrora dedicado exclusivamente para los hombres, existen buenas bebedoras mujeres que, dejando a un lado los cócteles dulces a las que la etiqueta social les había relegado, que sin el menor recato y con limón y sal, departen codo a codo con los hombres, sin menosprecio. Prueba de la equidad de género.

Whiskey.- "Demasiado de algo es malo, pero demasiado de un buen whisky es apenas suficiente". (Mark Twain, escritor).
“Los besos son como el whiskey; siempre se prefieren dobles”.
El Whiskey, mi bebida preferida. Con agua, con Ginger Ale, para los novatos, “con dos hielos” o “derecho”, para los avezados. Bebida disfrutable, sintiendo el calor de la misma recorriendo tu garganta, tu esófago y de ahí dispersada por las venas.
Bebida nocturna que sólo es aconsejable si se acompaña de una buena comida previa, si no quieres destrozar la noche.

Ron.- "No hay nada, sin duda, que calme el espíritu tanto como el ron y la verdadera religión." Lord Byron
De origen de caña de azúcar, definitivamente hecho para la fiesta, con sus respectivas combinaciones sin olvidar el mojito. Muy bueno para aprender a bailar salsa. Para sentir a la pareja de baile, para soñar.

Brandy.- "Si la vida fuera brandy, me la tomaría más  en serio."
Hermano del vino y del coñac, bueno para la plática y la serenidad. Grandes pláticas de sobremesa, y de tornamesa he tenido la oportunidad de departir.

Vino.- “El vino y la sangre tienen el mismo propósito en el cuerpo del hombre. Sirven para vivir”.
"Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria".
Compañero infaltable en buenas comidas, disfrutable y culto amigo. Hasta propiedades antioxidantes y de protección al sistema vascular. Buen pretexto para ingerirlo con mayor regularidad.

Las consecuencias del exceso, son bien conocidas. No se puede manejar, a penas se puede hablar, no se razona adecuadamente. Acompañarlo de otros vicios, es opcional, el fumar es muy cinematográfico, pero mata mas rápido y no está dentro de mis planes aún, el morir.

En exceso puedes llegar al blackout donde al siguiente día tus compas te dirán las estupideces que cometiste, además de no poder recobrar el equilibrio, la coherencia, el malestar y el alejamiento de las tertulias por un buen rato mientras se resarcen las heridas.

Como todo en la vida, hay que ser muy inteligentes para disfrutar el alcohol, para tomar el alcohol y evitar que el alcohol te tome a ti. Un gran amigo, médico de profesión y con el que he alternado en varias ocasiones me dio el secreto perfecto para evitar las consecuencias negativas del licor. Tomar agua en dosis de dos por cada unidad de alcohol. Será ciencia, será brujería, pero les juro  que es verdad.

domingo, 11 de marzo de 2012

Celebrando a las mujeres.


A mí, no me pueden hablar de la igualdad de las mujeres con respecto a los hombres. Me crié rodeado de mujeres. En casa de mis padres crecí con  4 hermanas, una abuela y por su puesto, mi madre. Mi papá es un ser cariñoso, alegre, comprensivo, pero en aquel entonces, por motivos de trabajo, ausente.

A cuatro casas de esta vivienda, en la misma cuadra vivían mis abuelos maternos, donde mi abuela Celia ejercía conmigo cabalmente su irresponsabilidad materna, dejando, como debe de ser, la obligación de mi educación a mis padres, siendo mi persona objeto de un “apapachamiento” y consentimiento a todos mis caprichos, travesuras y locuras.

Por eso creo entender a las mujeres (algunas veces ilusamente comprobando que no es verdad), a pesar de que jugaba con mis primos quienes cumplieron el papel de medios hermanos, asistía a una escuela primaria, aunque mixta, siempre en grupos masculinos, era juguete de mis tíos que me llevan entre 8 y 10 años. Pero invariablemente, terminando los días, siempre cumplía el rito de refugiarme en un ambiente netamente femenino. Mi madre siempre fue el pilar de nuestra familia. Ella dictaba las reglas, ejercía su liderazgo, imponía los castigos. Mi hermana mayor, le tocó el papel de segunda mamá, siempre bien portada, siempre limpia, siempre “mamá chiquita”, le siguió en orden de aparición el irresponsable que escribe estas líneas, seguido de 3 hermanas que en su debido tiempo fueron porteros, luchadores, confidentes, músicos, críticos de cine y toda aquella actividad de la que yo requiriera un “partner”.

Así crecí, creyendo fervientemente que las mujeres eran seres superiores. Siempre teniendo una actitud positiva frente a cualquier respuesta a cualquier cuestionamiento, siempre adaptándose a lo que las circunstancias les exigían, siempre viviendo su vida con  total compromiso.

Después, por circunstancias propias de la vida, mi círculo social se amplió. Tuve el privilegio de conocer a más gente. Entre ellas, por supuesto mujeres. Tuve maestras, compañeras de escuela, “ligues”, novias, amigas, compañeras de trabajo, jefas, o simplemente conocidas. La relación con estas mujeres fue en la mayoría de los casos buena, sin embargo también hubo malas experiencias, que me llevaron a comprender, al paso del tiempo que las habilidades, la capacidad, la inteligencia, la honestidad, así como la flojera el desánimo, la cobardía, la hipocresía, son características humanas. Jamás son propios de uno o de otro género. Los encontramos tanto en hombres como en mujeres.

Sin embargo, mi cariño, admiración a las mujeres que han influido mi vida, que han compartido tiempos y espacios comunes, están por encima de su condición de mujer, no por ser más o menos, en todo caso, el objetivo es complementar, construir, crecer juntos.

Hoy tengo el compromiso de formar a una mujer, mi hermosa hija de 12 años, a quien debo educar para que crezca libre de prejuicios, de dogmas y de estigmas. Curiosamente, la misma educación que procuro darle a mis otros hijos, simplemente porque… son iguales. La vida es difícil, ese no es pretexto para no ser feliz.

Quizá me vaya a contradecir con el corolario con el que quiero cerrar este escrito, pero creo que es significativo. Patricia Guerra, una triatleta elite mexicana, cuya historia de sobrevivencia es merecedora de otra historia, ha cruzado el Canal de la Mancha en varias ocasiones, cuenta que el capitán que le ha ayudado a completar el recorrido, tiene el mayor número de cruces logrados. Alguien le preguntó que cuántos hombres y mujeres habían cruzado. La respuesta esperada por todos era una cifra, sin embargo él dijo: “realmente no se cuántos hombres y mujeres han cruzado, lo que sí les puedo decir es que todas las mujeres que se lo han propuesto, lo han logrado y nunca han abandonado en el esfuerzo”.

domingo, 4 de marzo de 2012

Educación Formativa


Carlos Kasuga es un empresario mexicano de padres japoneses, inmigrantes en nuestro país, fundador de dos empresas exitosas, industrias Kay (salvavidas y juguetes inflables) y Yakult.

En la red se pueden observar algunas de sus conferencias en foros universitarios y empresariales, donde comparte su filosofía de trabajo, de vida, así como su gran amor y agradecimiento a nuestro país. Crecido entre dos culturas, el Sr. Kasuga tomó lo mejor de ambos pueblos, haciéndolo un hombre de éxito empresarial, basado en estrategias singulares que motivan a sus trabajadores, subiendo su productividad, convencido de que lo que hace falta al trabajador mexicano es una educación que él denomina Educación Formativa, que es basada en principios.

Honestidad.- Comenta que cuando viajó al Japón por primera vez, fue porque sabía hablar el japonés, pero no lo escribía ni leía. Se fue a una universidad del Japón, donde aprendió que los japoneses cuando se encuentran algún objeto que no es suyo, preguntan de quién es el objeto, lo cual le llamó la atención. Primera lección aprendida. “Todo objeto tiene un dueño, si no es mío es de alguien más”. Al regresar a México, debía reclutar personal para su empresa. Camino a su escuela, se topaba con voceros vendiendo periódicos vespertinos, le compraba el periódico y le pagaba con un billete de $100.00, cuando el precio del periódico era de 0.35 centavos. El vocero le decía que no tenía cambio pues acababa de empezar su turno a lo que el Sr. Kasuga le respondía que al salir de clases pasaría por ahí de nuevo y en ese momento le regresara su cambio. Confiesa que muchos no los volvía a ver, pero los que le regresaban su cambio inmediatamente les proponía emplearlos, reconociendo su honestidad y convencido que el personal que contratara debería de ser de suma confianza. Declara que hoy, esos primeros empleados, son ejecutivos de sus empresas, ganan un buen sueldo, mandan a sus hijos a las mejores escuelas, poseen autos del año y algunos se dan el lujo de tener una casita de campo. Todo con base a la honestidad.

Limpieza.- Este punto es crucial para encontrar la calidad total de una actividad. Menciona que en el Liceo Mexicano-Japonés, los encargados de hacer la limpieza son los propios alumnos. Se les enseña a barrer, trapear, separar la basura, cómo gastar menos agua, etc.… La productividad, la calidad, la salud, la ecología empieza por la limpieza. Pero en México enseñamos incorrectamente este valor. A los niños que se han portado mal, la maestra o el maestro les pone como castigo recoger la basura del patio, haciendo creer que la limpieza es un castigo, de ahí que nadie quiere recoger basura. Los niños crecen con el concepto de que siempre habrá “mexicanos de tercera” para realizar esas tareas. Al tener este concepto, cuando llegan  la edad adulta y se convierten en empresarios, jefes, etc., con malos hábitos de limpieza. El aseo personal es muy importante, aunque tus ropas sean humildes esa no es razón para que estés desaliñado.

Actitud.- Desde la religión se nos inculca a acudir a los templos a pedir por alguna necesidad. Por el contrario la religión japonesa inculca entrar a los templos a ofrecer, es decir, se promete dejar de fumar, dejar de tomar, trabajar una hora más, estudiar una hora más.

En el Japón el sindicato presenta un pliego de ofrecimientos; si tengo un índice de error del 3%, ofrezco bajarlo al 1%, tuvimos 35 retardos, ofrecemos bajarlo a 10 y esperan que en contra parte la empresa ofrezca algo a cambio, los mexicanos presentan pliego de peticiones, más días de vacaciones, más días de asueto, más días para llegar tarde, etc.

Comenta que está convencido de que el ofrecer da poder, el que ofrece siempre tendrá el control, el que pide, en algún momento dado no podrá seguir.

Ecología.- Estamos acostumbrados a que todo nos de el gobierno. Si por cada logro que alcanzamos plantáramos un árbol, como el nacimiento de un hijo, nuestra graduación, por ejemplo, cuidaríamos personalmente esos árboles pues significan algo en nuestras vidas. Si los pone el gobierno, nos dará lo mismo si lo tiran o lo podan.

Puntualidad.- Respeto a tu persona y el tiempote los demás.

Motivación.- El señor Kasuga dice que ha aprendido que no hay bono o sueldo que gratifique más a un trabajador que el “sueldo moral”, es decir, es el reconocimiento a la labor que el trabajador desempeña en la organización, que sin su función el resultado final no sería el esperado.

En este punto menciona que todos los días jueves, espera en la salida de su empresa al grueso de los empleados que van saliendo hacia sus casas, selecciona en ese momento a uno de los trabajadores y lo aborda diciendo que ese día cenará en la casa del trabajador, se auto invita. La reacción del trabajador siempre es de sorpresa y hasta incómoda, pues por supuesto, no está preparado para recibir al dueño de la empresa, a lo que él, conciente de eso, le propone pasar a una tienda por pan y leche. Llegan a la casa del trabajador, con la sorpresa de la familia y comparten el pan y la leche, platicando con todos los miembros de la familia para saber cuál es su percepción de cómo van las cosas, cuáles sus preocupaciones y cuáles sus expectativas. Termina su visita aproximadamente a las 11, pero con dos puntos ganados; el reconocimiento al trabajador (sueldo moral) y la retroalimentación requerida para continuar perfeccionando sus procesos. Debido a esto ha podido detectar cuál es la angustia que envuelve al trabajador mexicano y es la incertidumbre de su permanencia en el trabajo. Nunca sabe cuándo lo van a correr. De ahí que sus procesos de reclutamiento son muy analíticos ahora, como si estuvieran adoptando a un hijo. En sus empresas sólo separan de la empresa a aquellos que faltan mucho, llegan tarde con frecuencia, porque se robe algo, porque asista tomado o drogado o por revelar información confidencial a su competencia.

Conclusión.- Estos valores son fundamentales para la educación formativa de los niños, de nada sirve que una persona tenga una licenciatura, dos maestrías y demás estudios, si no es honesto, limpio, puntual, si no sabe trabajar en equipo. Entre más tiempo lo tengas en tu empresa, más te perjudicará. Estos valores se deben inculcar en las escuelas, pero sobre todo en casa, la escuela académica es un complemento de la educación de valores que se da en familia. Tiempo es de cambiar la actitud de nuestra sociedad y, como siempre, estoy convencido que la educación es la herramienta que salvará a nuestro país. Démonos prisa.