sábado, 23 de mayo de 2015

Ironías...

  • "Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal..."
    Después de una semana suigeneris.... Presiones, prisas, tensión, muerte...
    Sí. Al final la muerte. Me di cuenta que en realidad, al final, siempre, inevitable y democrática, está la muerte, ofreciendo relajación, fin de historias, fin de sueños, fin de todo.

  • Ayer parte de la presión, saliendo último de la oficina, como siempre, tenía que terminar una nota promocionando los bancos de leche materna para los hospitales del ISSSTE. También como siempre puse todo mi empeño en que quedara una nota ejecutiva, simple pero contundente, atractiva y propositiva. Se le presentaría el día de hoy en un desayuno al director del ISSSTE. Mi oportunidad para que de un ojazo, interesar e integrar el proyecto a su agenda.

  • Mi salud no es la mejor que he tenido, me había sentido mal y mis muestras de sangre corroboraron mis largas sospechas de que algún día, no se cómo, no sabía cuando, me dieran la fatídica noticia que mis niveles de azúcar heredados, al fin habían rebasado mis cuidados. Genéticamente sabía que era inevitable, pero guardaba la esperanza de alejarlo lo bastante para que no fuese un tema para cuidados excesivos en el presente. Mi hipocondría y mi psicosomatismo, por fin tienen el pretexto tan buscado.
  • Pero el punto no es ese. El punto es la ironía de la vida, o la ironía de la muerte.
    La famosa nota que me costó gran esfuerzo de concentración y síntesis, no sólo por el cuidado artesanal que requería, sino que además, me sentía del carajo, terminó por ahí de las 7:30 PM. Llegué a casa de mis padres y mis achaques disminuyeron al platicar con ellos, con mis hermanas, mis sobrinos y posteriormente el refugio con mis hijos y mi mujer.
    Hoy me levanto con la noticia de que el director del ISSSTE ha fallecido de un ataque al miocárdio fulminante, atendido a las 22:20 del día de ayer... efectivamente... ya no vio la nota....

  • El jueves me tocó ir de velorio, hoy me entero de la muerte de alguien más que me vinculaba a él, por una nota.
    La pregunta es ¿vale la pena?
    La respuesta es simple
    ¡No!
    No vale la pena.
    No se si muera en 10, 20, 30 años. Puede ser hoy mismo o mañana. Pero la muerte me tendrá que interrumpir en algo interesante. abrazando a mis hijos, a mis padres, a mis amigos. Me sorprenderá después de terminar una carta o mensaje de cariño a alguien, aventarme de paracaídas, después de dar un beso, después de hacer el amor. No terminando de hacer ... una nota.
    Estoy decidido a disfrutar lo que me queda, con pasión, sin límites, sin presiones.
    En fin. A mi médico y amigo, le advertí que me moriré de cualquier cosa, menos de diabetes. Lo juro.
    Con permiso....
    Voy a disfrutar la vida.


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